viernes, 4 de julio de 2014

Deformidad


Deformidad


No soy una persona por usar esta mascara, hay algunas personas tal es el caso de los psicólogos y filósofos que hablan mucho acerca de la personalidad y esas patrañas en las que mencionan que una persona es deshumanizada o no es la persona humana cuando vive debajo de una mascara y que es del mismo modo una trampa que hace guardarnos dentro de nosotros mismos, estupideces, y que mas que eso es solo un mecanismo defensivo. y ¿entonces se puede llamar defensa ver sufrimiento y muerte al rededor del mismo mundo? que poco a poco se va desfigurando, hipocritas des morales que piden muerte creyéndose que son tan santos que jamas atreverían a matar a alguien, cuando ellos mismos viven engañados en una mascara de santa hipocresía, muerte y luto, que no hace mas que llevarlos lenta mente a su infierno, pidiendo muerte y venganza que teñirá de rojo su mente, bebiendo la copa de sangre que llaman venganza, tal como la vez en que de una manera buena o mala tome la vida de Joaquin, quien fue mi mejor amigo de la infancia hasta ahora que llegamos a ser "adultos" eso si se considera que yo tenia 23 y el tan solo 22, y que lo llevaría así mismo a su fúnebre final, todo por haber violado a mi hermana que solo tenia 17, el me huyo varias veces, antes de que yo lo matara, el incluso llego a marcharse del lugar donde vivíamos, pero fue un tonto jamas llego a pensar que aun donde se llegase a esconder lo buscaría, al igual que si comparas un cazador que busca el conejo mas gordo para matarlo, así yo mismo fui por el lo encontré, en un apartamento costoso, que aun me costaba creer que aquel que una vez fue mi amigo, se convertiría en el ser mas repudiado de toda mi vida y que no escapaba tan fácil de mi mente, cuando lo encontré venia saliendo con una hermosa chica por cierto, en este punto cuando el me miro, empezó a hablar nervioso y a tener tanto miedo que yo lo podía oler en su mirada y en el nerviosismo que le provocaba mi sola y simple parecencia, en ese momento aquella chica de ojos marrones y pelo negro con destellos rijosos le pregunto a él que porque empezaba a ponerse nervioso, a lo que el contesto que se marchara pero ella jamas quiso alejarse no fue sino hasta que el miserable y temeroso de Joaquin golpeándole su rostro a a su hermosas mejillas, que seria sacrílego que el la golpeara, mas no había otra opción para hacerla entrar en razón, en ese momento me sentí como el cazador echando la mira a su victima apuntando con el rifle aquel gordo y tonto conejo.

Así pues yo comenzaba a acercarme a Joaquin, diciéndole frases que me excitaban por el hecho que yo mismo lo iba a matar, me sacaba una que otra sonrisa que yo le dijese "hace bastante que no te he visto, te fuiste  y ni siquiera tomaste la decencia de decir que te ibas a mi o a mi hermana", cada vez que yo daba un paso el daba una hacia atrás, para su mala fortuna su habitación quedaba pegada al balcón, en el que si quisiera hubiera podido saltar para tener un suicidio tan hermoso, que su misma sangre haría una hermosa y bella obra de arte, mas aun así no quiso hacerlo y por mas tonto me facilito las cosas al invitarme a su cementerio llamado hogar, para que pudiéramos aclarar, las cosas y por supuesto que hizo que aclarara mi mente para su próxima e inevitable muerte, el quiso que yo entrara primero pero no accedí por lo que yo lo empuje hacia adentro, ya que es él dueño, y seria descortés o ¿acaso me equivoco?, el miro como cerré la puerta sellándola con el seguro, y aclarar nuestras diferencias, y opiniones el se justificaba tan aburridamente sentado en aquel sillón naranja, yo tomaba de un poco de coñac que tenia ahí, aun invitado jamas se le niega un vaso de de alcohol y mas si los invitados son amigos y es por eso es que me lo serví antes de que me lo ofreciera, de esa manera fue entonces que  seguí escuchando sus estúpidos arrepentimientos, y fue donde aquella botella de coñac brillo y destello como la arma blanca mas efectiva y somnífera que puede pedir alguien como yo, estrellándola en su cabeza quedando él desmayado mientras yo lo ataba de pies, manos, piernas, tórax y boca, esta ultima metí un trapo blanco que usaba para limpiar atado a su boca con una franela también blanca que yo cargaba, justamente con el único propósito de que el miraba el color blanco como un símbolo pureza y santidad, al igual yo veía que el mancho tan sagrado color que su sangre sucia teñiría, el blanco en maldad, traición, y pecado a través de su boca mientras yo claro haría unas cuantas inserciones con mi cuchillo dentro de su cuerpo, mientras su sangre se podría en su boca. El despertó y fue cuando el show comenzó a brindarnos el espectáculo que esperamos todos.
Pero para esto no se encontró con su amigo, sino que se encontró con el Señor deformito una mascara hermosa hecha de cuero que siempre me hacia reflexionar que la vida solo es una mascara llena de traidores, sanguinarios y era hora de que viera el poder de una simple mascara, así que bueno el queriendo gritar no podía debido a lo que anteriormente había metido a su asquerosa boca, a si que cada vez que hacia eso lo golpeaba tan fuerte que mas de dos veces lo tire al piso, mientras mi mano experimentaba dolor y cansancio que mas allá de todo esto sentía emoción y adrenalina que hiciera que lo golpeara mas fuerte hasta que después de que se me quito la motivación, lo mire y no me encontré con mi amigo sino con una persona que usaba una mascara de un monstruo jamas creado, bueno al menos lo cree yo, morado y negro vestían su rostro,en innumerables protuberancias que adornaban su rostro, fue ahí que el cazador había pegado el tiro, y aún retorciéndose aquel estúpido conejo vería su suerte con ese cuchillo que traía consigo el cazador; así pues la excitación que me provocaba el enterrar el cuchillo hacia que se erectaba mi pene, hasta ver el hermoso y trágico final, aun así me sentía Dios al traspasar una y otra vez sus piernas, sus brazos, jugando tan hermosamente, que el final fue tan hermoso.
Yo me desnude antes de darle el regalo mas grande de mi parte, la muerte que por cierto fue un acto caritativo y piadoso de mi parte, una vez desnudo enterré mi cuchillo en sus entrañas, abriéndolo como si fuera aquel conejo que el cazador había cazado y aun vivo experimento cada segundo  la gracia de ser traspasado por esa oja del cuchillo que fue enterrada en su vientre atrayendo sus viseras para ser comido, así con este sujeto lo abrí  mientras el se ahogaba en su misma sangre y teñiendo de rojo aquel dulce blanco que tenia en su boca, mientras yo me purificaba en venganza y sangre que derramaba de sus entrañas, una vez después de haberlo matado me masturbe ya que mi cuerpo lo exigía, llegando a la sagrada orgía, que en la que de esa manera mi cuerpo perdonaba a Joaquin de su pecado,después de eso, pedí prestada su bañera mientras me recorría la pureza del agua, llevándose la sacra sangre de una venganza de un conejo, que murió siendo cazado poco a poco, después de haberme bañado, me vestí y lo deje en esa silla que se veía muy cómoda, y no ser descortés y grosero al mover un muerto de una tumba en este cementerio llamado casa, salí de ese lugar siendo la persona que desde ese momento miro muerte, sangre, venganza y placer, que enterraba el Sr. deformito en sus memorias y que en alguna vez llego a realizar, mientras que yo me hice uno con él, mas nunca fui el Sr. deformito.

Y es así como los  filósofos mencionan que el alma esta compuesta por la esencia prima, que es el espíritu, el cual puede ser tan blanca o negra según la acciones y que estas mismas, y mi alma es blanca debido a que la esencia del Sr. deformito fue la que se pudrió y no la mía, y es así que si yo fuera hipócrita diría que yo fuera el mismo, y esto lo he venido aprendiendo gracias a las personas que rodean al mundo. Mas este no fue el único
crimen que el Sr. deformito realizo, sino es el comienzo.

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